lunes, 11 de mayo de 2009

Contrato


Te propongo algo: firmemos un contrato. Sí, sí, eso, un contrato en el que podamos pautar cómo puede funcionar lo nuestro de ahora en más.
Un contrato donde cada uno cumpla con lo pactado, donde nos propongamos a respetar todo lo que dice, y donde la letra chica no tenga mucho más para agregar.
Un contrato donde yo pueda acercarme a vos y no me dejes contarte mi historia: el pasado no tiene por qué estar entre nosotros, me vas a decir, el presente es nuestro y eso vale mucho más.
Un contrato donde vos puedas elegir entre alejarme, o acercarme más hacia vos.
Un contrato donde elijas escucharme, o puedas dejarme hablando sola.
Un contrato donde las indecisiones se anulen, no tengan lugar.
Un contrato donde el juego, favorece a ambas partes por igual.
Un contrato donde yo te cuente cómo fue que llegué hasta vos, y ahí, en esa misma cláusula, vos me digas que eso mismo a vos también te pasó.
Un contrato donde yo te proponga no sufrir más, y vos lo firmes sin siquiera pensar.
Un contrato donde se aclare que no hay vuelta atrás, y que en este juego, los dos queremos jugar.
Un contrato donde me exijas, me pidas, y te ruegue, poder volver a mirar.
Un contrato en el que dejemos que el destino ponga las reglas, nada de imponerse, las partes siempre van a estar de igual a igual.
En este contrato yo te entiendo, y sé por lo que has debido pasar.
En este contrato vos tenés miedo, no te hagas problema, yo temo mucho más.
Pero este contrato es nuevo, prometo cumplir con cada una de las cláusulas, sin quejarme ni dar un paso atrás.
Yo ya firmé este contrato, vos… ¿qué más necesitás pensar?

1 comentario: