jueves, 25 de noviembre de 2010


La señora que está sentada a mi lado en el colectivo,ni sospecha que estoy escribiendo sobre ella. Mira de reojo mi cuaderno pero no alcanza a leer. Juega con sus manos mientras mira de vez en cuando hacia la ventana. Cada 23 segundos,para ser exacta,dirige su mirada al vidrio,luego al pasillo,y finalmente aprieta sus labios como queriendo callar algo. Lleva una cinta roja en su muñeca y en su falda reposan un abrigo de polar (confuso porque afuera hacen 32° de temperatura) y un bolso de jean.
No puedo definir con exactitud su mirada.Ahora voy a pedirle permiso porque tengo que bajarme.
"PERMISO,SEÑORA". No se inmutó. Un movimiento casi robótico me permite el paso, pero sus ojos permanecen fijos en el pasillo.
Me despido de este personaje con un silencio de ultratumba.Bajo del colectivo y continúo escribiendo sobre ella.Caminar mientras redacto es muy difícil

viernes, 19 de noviembre de 2010


Explosión de sintonías-de distintas frecuencias-en la misma transmisión